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El por qué de los sin por qué

Publicado: 2015-02-20

Existen situaciones en la vida que difícilmente se pueden explicar. Eventos que ocurren al margen de nuestra racionalidad y que ocupan un lugar de nuestra mente gobernada por el deseo o la intuición. Esos eventos solo ocurren, se muestran, aparecen ante nosotros y nos restriegan en la cara sus muchas veces innobles consecuencias. Pero también nos pone delante una verdad que no se puede explicar, tan solo describir: Albergamos una fuerza, una potencia, una energía que opera en nuestro interior y que no parará hasta encontrar el camino para expelerse por nuestros poros, a través de nuestra materia, hasta convertirse en acto, o palabra que, aunque sin forma definida, nos remite al mundo de la fantasía del que muchas veces no quisiéramos salir, para volver a una realidad siempre menos prometedora y más arisca con nuestros deseos íntimos. 

Cuando ocurren estos eventos, ¿cómo podríamos explicarlos racionalmente, si sus códigos de interpretación son ajenos, incluso, a nuestra propia capacidad para elaborar sobre ellos un discurso? En el mundo onírico -que no siempre es el mundo de los sueños- no vale la pena gastarse en explicaciones. Tan solo entregarse a él y sumergirnos en el goce que muchas veces son capaces de otorgarnos. Sin culpas, sin remordimientos. Aunque le joda a otros. 


Escrito por

Carlo Mario Velarde

Filósofo, interesado en temas públicos y en la exploración de la subjetividad.


Publicado en

Alondras

Relatos, anécdotas, y cosas sin importancia...